Filmada con ritmo y elegancia, e interpretada espléndidamente por tres grandes actores, el problema de este ejercicio de intriga con la pena de muerte como telón de fondo es el mismo que se le acusa a su director en casi todas sus películas: un exceso de efectismo, una búsqueda gratuita por impresionar y una rendición total a los clichés del cine comercial cuando tiene entre manos buenas historias. "La vida de David Gale", con un brillante comienzo, esconde con sutileza su recorrido, pero lo que parece plantearse como un filme denuncia -con un toque de intriga- al estilo de "Pena de muerte", se torna en un thriller al uso. Y ahí es donde falla, porque como tal tiene sus sorpresas -como casi todo thriller americano-, pero su desarrollo es una concesión a la audiencia, no a la verosimilitud. Toda la película es un entretenido camino hacia al asombro final. SPOILER: Si ud. no la ha visto NO SIGA LEYENDO, porque en su crítica se han de desvelar varias claves en forma de quejas: Sr. Parker: uno no alude en tres escenas a un problema mecánico de un coche si no va a ser determinante en el momento decisivo, ni tampoco menciona -del modo que aquí se hace- el fanatismo de un activista si no servirá como elemento definitorio, ni introduce por sorpresa -a la hora y cuarto de película- nada menos que una leucemia y misteriosas cintas de video si no es para que un espectador -que le admira- piense: ¡Ya está! ¡De nuevo Alan sacando sus fuegos de artificio!¡Ya la está estropeando!
Kevin Spacey, Kate Winslet, Laura Linney,

La vida de David Gale (Spacey), profesor universitario y activista contra la pena de muerte, da un vuelco inesperado cuando es acusado y condenado por la violación y muerte de su colega, la activista Constance Harraway (Linney). A sólo tres días de su ejecución, Gale acepta conceder una entrevista exclusiva a una joven y ambiciosa reportera (Winslet).
